26 de Mayo de 2005
Bush, “fuente de inspiración”
[ Andrés Pascoe en Buenos Aires ]
La comunidad mundial de torturadores y ex dictadores, a través de su vocero, el General Manuel Contreras, manifestó hoy en esta ciudad su profunda decepción con lo que llamó “una violación más a nuestros derechos”.
La Organización Mundial de Torturadores (OMT), que según su dicho congrega a más de diez mil afiliados incluyendo a chilenos, argentinos, uruguayos, mexicanos, estadounidenses y serbios, entre otros, presume entre sus filas a Alberto Gonzáles, el procurador de EE.UU., así como a reconocidos genocidas como Augusto Pinochet.
“Amnistía Internacional una vez más violenta nuestra privacía y el libre ejercicio de nuestra profesión con sus acusaciones viles y crueles”, expresó el “Mamo” Contreras visiblemente dolido.
Según los dichos del vocero de OMT, AI es una organización al servicio de “los poderes fácticos” que han encontrado en la denuncia a los torturadores “un nicho de fácil explotación”.
AI fue particularmente atacada por sus críticas al Informe de la Tortura chileno, que según la organización es “incompleto”.
“Creemos que el informe Valech es una herramienta única de aprendizaje de técnicas de tortura, abuso y sometimiento, y nos lastima que la irresponsabilidad de Amnistía le permita desacreditarlo” al tiempo que llamó a “todos los buenos torturadores” a hacer una lectura pormenorizada del informe para aplicar sus técnicas.
Personeros de la organización de Derechos Humanos juzgaron “delicadas” las declaraciones de Contreras, y estimaron que “nunca fue nuestra intención ofender a nadie, pero las cosas hay que decirlas: al informe Valech le faltan muchas cosas. Por ejemplo, ¿dónde se entrenan los perros para violar mujeres? Hay muchos vacíos que se deben llenar”.
Una fuente cercana al general Contreras aseveró, sin embargo, que el estado de ánimo al interior de la OMT es sombrío. “Ser torturador ya no es lo que solía ser. Ahora tenemos que andar dando explicaciones por todos lados” señaló la fuente con tristeza.
Así, especialistas han considerado que si bien los torturadores latinoamericanos han sufrido muchos embates, encuentran en el gobierno de George W. Bush una “fuente continua de inspiración”, ya que sus técnicas para degradar musulmanes “van de lo original a lo locamente creativo”.
