14 de junio de 2005
“Pero sigo sieeeeendo el reeeey…”
[ Andrés Pascoe en Ciudad de México ]
Un inusual espectáculo pudieron presenciar los comensales de la pulquería capitalina “La última y nos vamos” el día de ayer, cuando el Ingeniero “incómodo”, Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente de México y Michael Jackson, el cantante de aspecto grotesco, se reunieron a beber y cantar rancheras.
Entusiasmados con sus respectivas absoluciones – Salinas por el asesinato de su cuñado y Jackson por abuso sexual a menores – no escatimaron en gastos. Pidieron respectivamente cuatro rondas de curado de aguacate y varias copas del “mejor mezcal de la casa”, como Salinas lo exigía a gritos.
Posteriormente contrataron los servicios del grupo de mariachis residentes, con quienes cantaron El Rey a todo pulmón.
Los comensales comentaron que era inusual ver a un tipo tan importante como Salinas “acompañado de esa extraña señorita” en un lugar considerado de “mala muerte”, como aseveró Gonzalo González mientras orinaba en el piso del bar.
Consultado sobre su preferencia de locales, el cantante exnegro planteó que quería estar “lo más lejos de un kinder posible” a fin de evitar “esos malentendidos”.
Por su parte, Salinas explicó que lo que más le dolía de haber recuperado la libertad era no convivir más con Mario Aburto, el asesino confeso de Luis Donaldo Colosio. “El y yo aprendimos a ser amigos, cómplices, amantes. Encontramos juntos el Nirvana”.
Los dos procesados trabaron amistad mientras turisteaban en Malasia, en un viaje de sexo turismo que describieron como “inolvidable”.
